8.05.2013

Crápula.

Con el escote blandido de la miel y la oliva
con las manos atadas de espiga y sosiego
como crápula te espero bajo la mesa
donde comimos nuestra primera cena.

En el recuerdo de las manos entrelazadas,
y los primeros besos entregados al vaivén.
Embriagada de la sal de tu cama
Te dejé correr.

Aquella melodía esclava, y los susurros del silencio
con la luna como lámpara soltera
cerramos los ojos abriendo los labios
y te dejé caer entre mis sueños.

8.03.2013

En el ocaso de una vida plena
fueron tus ojos grises, de vista serena
los que se despidieron en la noche
durmiendo una siesta eterna.

No alcanzó tu voz de fábula,
aquella de cuentos eternos,
a despedirse entre las Dalias
ante el sempiterno duelo.

En menos de un segundo suspendido,
bajo el reloj viejo de la cocina,
tu alma como golondrina
salió emprendiendo vuelo.

Y tus manos se quedaron frías,
y la fría lluvia enjugó tu velo.
Mis manos se volvieron brisa
y tu risa pagó el recuerdo.

Estamos, hoy, en desconsuelo.
A la espera de que el reloj ande nuevamente,
Quedamos, ayer, somnolientos,
sonriendo ante un recuerdo. 

El cuento de Rapunzel en la torre eterna,
el llanto de Margarita por su novio ingrato,
los tangos no tienen quien los baile
y en la casa ya no encuentro tu retrato.