3.31.2008

mientras tanto

Sofía sonrió triste, aunque le costaba intentaba mantener la calma antes de pronunciar cada una de las palabras.
-"hoy me despido"- dijo en un hilo de voz, sabía que no era necesario el levantarla porque al otro lado, Valentín ponía el máximo de su atención- "me cansé de tanto juego, y me rindo"
las palabras habían sido pronunciada con total calma, con tanto control, que no sorprendió a ninguno de los dos.
Valentín no contestó, después de todo no era su despedida, era la de ella, él mismo ya había dicho palabras similares, y ahora que lo pensaba, había sido tanta la porfía que mantenían con lo que cada uno sentía que hasta el momento, no habían tomado otro camino que el terminar con las relaciones como estaban ahora.

-antes al menos nos reiamos, y luego de tanto tiempo, debo decir que echo de menos ver tu sonrisa- Sofía tragó con dificultad, rogaba qeu no se le escapara una lágrima, porque aunque quería llorar, ¿de qué serviría una lágrima ahora? podía ver el rostro inmutable que la observaba, serio con ese dejo de tristeza, pero apasible... aun mantenían la calma- ahora ni eso puedo sacar de ti... absolutamente nada, porque nos hemos dedicado más a hacernos daño que a disfrutar lo que tenemos, y me niego a eso, podría soportar que me hagan daño, pero no podría soportar que me obligues a hacertelo... no voy a tomar esa responsabilidad, asi que me rindo
Valentín miró hacia arriba, sabía que tarde o temprano las cosas decantarían en lo que estaban ahora, terminaría tal cual ambos habían no querido terminarla. Abrió sus ojos negros y odió a la muchacha que estaba en frente manteniendo la dignidad qu siempre había mostrado... la odió por sobre todas las cosas porque supo que en el fondo no era rendición lo que le ofrecía, sino el mas terrible de los orgullos... orgullo altanero, pulcro, digno
no tenía vanidad ni desprestigio, sabía que lo quería, y la amaba, ¡Dios como la amaba! pero no podía dejar pasar aquel amedrentamiento a su propio ego...
y no podría perdonarla, ni perdonarse el dejarla ir, pero ahora como estaban las cosas, era necesario, debia, con todo el dolor de lo que significa el deber, dar vuelta la cara y marcharse de la casa antes de qeu volvieran a caer en sus propios deseos.

3.19.2008

Como ola de MAr


mientras baja la marea y entre el vaiven del viento
casi como cuento despierto, siento que camino entre
una verdad y un acierto...

y no es el querer detenerse, no es querer depertarse
es poder entender que más allá del oleaje
el agua es agua, y no espuma brava
ni cerca cerrada que entorpezca el paso
ni pared de barro que se endurezca al sol

y mientras sube la marea, siento el mareo de ensueño
el perfume nuevo en los pulmones y en la lengua la sal de tus temblorosos labios
porque aunque sea un monstruo imaginario
es el mar lo que mueve tus pasos encandilados por aquel faro
de incertidumbres que es el corazón acelerado
frente a la promesa de tierra firme antes que llegue el ocaso.