10.11.2007

CAMINO



No se puede mirar a un lado cuando alguien extiende la mano desde el suelo cubierto de asfalto de la capital, de la misma manera que un lamento no se acalla aun cuando subes el volúmen del pendrive, y no esperes que al girar la mirada desaparezca ese rostro moreno, no bronceado por el sol, sino por los días y días de constante desaliento... sí, la vida pareciera que es más compleja de lo que muchas veces queremos que sea, y no la descomplejiza el quedarse embuido en la lectura de libros, en la teoría de los grandes pensadores, en el manifiesto que te entrega el camino indiscutible y frenético (no quiero decir ezquizofrénico) que te arreglan la vida pero te alejan de esta realidad que se desborda en la capital... te desconectan y te llevan a donde se supone está el ideal... y me pregunto, ¿dónde está este ideal?
Al menos para mi, luego de una mirada que desgarra ese sentido humano de la comprensión, se hace necesario ese baño de realidad que es mucho más agilizador y energizante que miles de intelectuales en sus libros y sus palabras que no salen de la dimensión en la cual fueron creadas -las ideas- Es más importante sentirse afectada por la realidad (aun cuando se flagele el alma por la incapacidad de darle solución a las cosas) que saberse los autores que hablan de humanidad, pero no saben lidiar con ella.