9.07.2009

Caminante no hay camino...

una vez terminados los últimos minutos de su vida, dedicó aquel aliento final para alcanzar hoja y papel y escribir, en lo que mantenía su historia en papiros casi descoloridos, las últimas palabras.
Había tanto que decir, pero debía seleccionar de forma rápida y certera, aquellas que demostraran la síntesis de aquel momento crucial y tan definitivo como era su muerta.
No quería dejar algunas palabras a sus obras. Aquellas estaban hechas, escritas, cualquiera las podría ver.
No quería decir todo lo que había costado llegar a dichos inventos, hallazgos y demases. Él solo había tomado dicha responsabilidad, no porque era necesario solamente, sino porque así lo quería.
No quería hablar de todas las peleas y esfuerzos porque en realidad, no importaban, no era el momento de quejarse luego de tantos años pasados

Entonces no cupo duda, respiró hondo y comenzó a trazar, lentamente, con algo de dolor, pero con la certeza de que aquello era lo único que podía cobrar sentido en aquella última etapa.
"Dime Dios, si todo lo que he hecho ha servido para algo"