alguien que solía conversar conmigo, que se avergonzaba cuando le daba una sonrisa, que se entristecía cuando faltaban mis palabras
Hubo alguien que no era tímido, pero tampoco sacaba ventaja de su silencio
Hubo alguien, que no eres tú, que me miraba con el corazón palpitando en sus pupilas, inquieto en sus labios, que aun así no era capaz de hacer algo que yo no quería
Hubo alguien, y se fue por la memoria, por el cansancio
se deshizo en las explicaciones y en las eternas disculpas que al final no valian nada.
Ese alguien, que no eres tú, prometió nunca despegarse de mi compañía... y es que me quería, como yo a él lo quería
porque no podíamos hacernos daño
porque, después de todo
A ese alguien, de verdad, yo lo conocía.
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