Déjame dormir, herido,
la derrota de este corazón errante.
despierta el dolor, cautivo
cuando me canse de cansarme.
El sueño no viene hasta la mañana,
la noche en la sombra no calma,
la angustia melosa te acalla
el grito de auxilio no canta.
Fue una historia llena de matices
de traición, helada, cubierta
fue una historia con cicatrices
de quienes hoy, golpean mi puerta.
en plena soledad del llanto,
cuando las lágrimas consuelan lo incierto
en el rumir de los llantos de santos
se consumieron todas mis velas.
Muerta en vida, la sangre hierve
mutilado el coraje del pecho,
La traición tuvo sabor a triunfo
cuando mi muerte diste por hecho
cuatro viudas lloraban mi ausencia
las velas nuevas ardientes en el funeral.
Los rendidos siguieron vivos,
en el mes del Santoral.
Hubo derrota al derrotarme,
hubo ganancia de pescadores
el río revuelto se seca, infame
tras la pelea de los insomnes.