5.14.2013

La Luna Triste

Soy la Luna triste,
media sombra y medio día.
Silente espectro de una noche perdida,
la guardiana de los deseos callados,
Soy la defensora de las causas perdidas,
protectora de los testigos ahogados.

Vivo y no vivo en medio de un punto inhabitado.
ignorada, ignorante.
sinceramente relegada,
transparente como viento, fría como hielo.
Soy la desmemoria viva, la muerte en desconsuelo.
La última esperanza,
en medio de la laguna frágil de la memoria humana.

Soy la Luna triste, la  consanguínea
de los amantes y los desamores,
de quienes susurran entre los sauces,
de quienes besando a una, nombran a otra.
Soy la guardiana de los anhelos viejos
y de los viejos olvidados.
La misma que suspira consuelo
en pleno "veranito de San Juan",
contando perlas, buscando pan.
Soy la Luna callada, la que sale a caminar.
Soy la Luna silenciada, la esencia del más allá


Soy la Luna Triste,
tristezas de invierno y primavera.
La testigo de los amores imposibles y de los errantes, compañera
la de aquellos descalzos,
los dados por vencidos
los vencidos amputados
y los ganadores vacíos


Soy la Luna Triste,
una eterna compañera.
soy la que nadie escucha, aquella a la que nadie piensa.
El eterno gris nostálgico, en medio del manto celeste.
Soy la que se cruza, como náufrago,
Entrecerrando los ojos, soñando con alguien despierta,
reconocer el paso del tiempo,
buscar, entremedio, la muerte.
Pasado el tiempo, pasada el hambre,
sigue, sin embargo, el desastre.
Soy la que se deja de lado, la que no notas, la pasajera.
Soy la consecuencia de millones y la nada.
Aquella de la que nadie se encarga.
Aquella a la que nadie llama.

Soy la Luna Triste,
media humana, media diosa
espectro de media tarde,
Soy una media sombra.
La luna inerte y perdida,
la que se queda mirando hacia atrás
bajo la noche que muere ante la aurora.
Aquella que sabe, nunca volverás.